Uno de los sectores económicos más característicos de la economía española es el de la construcción. Tras varios años en caída, se ha observado un repunte positivo en el 2014 y 2015, lo que supone ahora un ascenso hasta el 5,1% del PIB nacional. Esta subida hace presagiar resultados optimistas de cara al futuro de la recuperación económica. La creación de vivienda nueva se debe añadir a la ya existente. Eso supone un total de más de 25 millones de hogares repartidos a lo largo y ancho de la geografía interior. Estos números también indican una alta cantidad de gestiones para asuntos financieros, legales y técnicos. Y eso sin tener en cuenta el mantenimiento que conllevan.
Los propietarios pueden hacerse cargo de todo esto tipo de actividades, claro está. Pero lo más habitual es que se delegue esta responsabilidad a un administrador de fincas, cuya experiencia y pericia en los vericuetos de la administración resultan de gran ayuda a los dueños. Además, evita encarnizadas disputas internas de poder entre los vecinos. Siempre y cuando no sea mi casa, donde Juego de Tronos queda a la altura del Canal Disney.
Cuestiones personales aparte, lo cierto es que la vida jurídica de una vivienda no para nunca. Dejando de lado los imprevistos que puedan surgir en el día a día, el trabajo de un administrador de fincas es incesante, porque aparte de sus funciones contractuales, la Junta puede atribuirle otras tantas si así se desea. Un profesional en gestión de fincas urbanas o rurales debe saber organizarse muy bien el tiempo para poder acometer su labor sin errores. La responsabilidad de los cobros, pagos, caja y presupuestos es bastante considerable como para permitirse cometer un fallo, por nimio que éste sea.
Otra de las características de la economía española es el alto porcentaje (más del 70%) que se dedica al sector de los servicios. La administración de empresas es uno de ellos. Pero hay muchos más que pueden sernos de gran utilidad independientemente del sector escogido. La razón es muy sencilla: agilizan y facilitan una serie de actividades que, dentro del rápido y competitivo ritmo de trabajo actual, suponen una gran ayuda para acometer las tareas de nuestro negocio con solvencia y profesionalidad. Como la administración de fincas. O la atención telefónica.
El servicio de atención telefónica virtual surgió precisamente para desahogar toda esa carga extra de trabajo que supone estar constantemente en contacto con los clientes. Obviamente, es un aspecto laboral fundamental de cara a prestar un servicio eficaz y de confianza. Pero supone un gasto de tiempo demasiado elevado para muchas empresas. En el caso de los administradores de fincas, pueden pasarse todo el día respondiendo llamadas de propietarios, lidiando con la administración o poniéndose en contacto con determinados vecinos antes de acometer su verdadera función.
La ventaja de emplear un servicio de gestión de llamadas para administradores de fincas supone un reparto de dicha carga de una manera inteligente y profesional. De esta manera, podrán organizar de una manera eficiente su agenda diaria mientras prestan la imprescindible atención telefónica a los propietarios. Además, mantienen un canal informativo abierto de cara a posibles clientes nuevos.
Cuando una comunidad encuentra una administradora de fincas diligente y resuelta, permite a la misma la posibilidad de crecer y expandirse con mucha más facilidad que la competencia. No en vano todos buscamos a alguien que nos dé un trato correcto y que nos atienda con garantías. Y la información circula con inusitada velocidad por las redes de comunicación de los barrios o pueblos gracias a los célebres mentideros en el supermercado o rellano de la escalera.
Querer abarcar todo en uno es mucho más complejo de lo que pueda parecer sobre el papel. No veremos nunca a un médico descolgando un teléfono para charlar con otro paciente mientras nos examina o a un policía contestando llamadas de socorro cuando precisamos de su labor cívica. Es obvio que cuentan con el respaldo de dos grandes instituciones como son los hospitales o el estado para ello. Pero ahora, para servicios como la administración de fincas, tenemos a nuestra disposición una gigantesca institución llamada Internet donde resulta cada vez más cómodo, barato y accesible encontrar ayuda que nos permitan optimizar la calidad de nuestro trabajo a la vez que reducen el tiempo que dedicamos al mismo, administrando los recursos de la manera más conveniente, al igual que se administra la gestión de una vivienda.