Para que una inversión resulte rentable, comparamos el total de recursos empleados para obtener un beneficio con susodicho beneficio. Es decir, convertir un supuesto gasto en un activo económico que sume a la empresa de alguna manera, bien sea dando estabilidad o rentabilidad. En caso contrario, hablaríamos de una situación que definiré, con vuestro permiso, con el siguiente término: restabilidad.
Si observamos el caso concreto de la rentabilidad que ofrece contratar a una secretaria virtual en una empresa, tenemos que evaluar las consecuencias de su incorporación a la misma de manera objetiva. Por ejemplo, toda empresa grande que se precie tiene una serie de secretarias físicas para apoyar el trabajo de sus jefes. En cierto modo, hacen de filtro a las interrupciones diarias a la vez que se encargan de organizar las agendas. Eso supone un ahorro de trabajo por parte del empresario o directivo que le permite concentrarse y actuar sin preocupaciones, aumentando la efectividad de su trabajo. Sin embargo, suponen un coste salarial, legal y material además de un espacio determinado donde realizar su trabajo.
Una pyme o un trabajador por cuenta propia no disponen de la misma capacidad de gasto o espacio que una empresa grande, por lo que la contratación de una secretaria física solamente podría darse en caso de crecimiento considerable del negocio y la oficina. Por otro lado, ese crecimiento debe ir acompañado de una seguridad en los ingresos con los que cumplir sus obligaciones pecuniarias mensuales o anuales y evitar de esta manera la catastrófica restabilidad de sus factores.
No obstante, la incorporación de la tecnología en el ámbito laboral se ha ido desarrollando y expandiendo para ofrecer soluciones inteligentes a este tipo de negocios. Las secretarias virtuales son uno de los más claros y mejores ejemplos de esta evolución tecno-laboral. La incorporación de sus habilidades a la plantilla supone, como es obvio, un coste para la empresa. Pero… ¿es rentable esta inversión?
Si comparamos su trabajo con el de las físicas, observaremos que prestan las mismas funciones con igual eficacia, pero con una serie de diferencias. La primera, el precio. Al tratarse de una subcontrata, carecen de los gastos legales inherentes a una persona de la plantilla, por lo que su precio se abarata. La segunda, que se puede escoger el horario en el que vayan a desarrollar su trabajo. Ciertos negocios no requieren de una atención telefónica a jornada completa o tienen su volumen de llamadas concentrado en unas horas determinadas. Al ser un servicio virtual, se puede establecer un horario adecuado a las necesidades, sin pagar horas de rendimiento cero. La tercera, que no requieren de cambios estructurales en la empresa, dado que no trabajan desde la oficina sino desde la ubicación donde se encuentren. La cuarta, que son inmunes a los retrasos, a las bajas o a las vacaciones, por lo que garantizan la presencia constante de su servicio de manera absoluta.
Una vez tratado el tema de su coste real, veamos cuál es el beneficio que aportan a la empresa. A diferencia de las empresas grandes, su servicio no es exclusivo para un cargo determinado, sino que se dispensa a toda la empresa. Es decir, que la labor de filtro y organizadora repercutirá positivamente en el resto de los trabajadores, exentos de atender el teléfono y libres de las interrupciones diarias que afectan a su ritmo de trabajo. Esto quiere decir que la efectividad y satisfacción laboral aumentarán en menor tiempo. Por tanto, el factor de estabilidad que se espera de ellas es cumplido más que con creces.
Huelga decir que, al igual que a los trabajadores, los clientes también se beneficiarán de un servicio profesional de atención al cliente, lo que mejorará la imagen y reputación de la empresa en el mercado. Este factor puede resultar clave a la hora de recomendar a la empresa y de evitar críticas negativas de los clientes en los foros de Internet, elementos disuasorios por excelencia de la mayoría de buscadores de información respecto a un negocio.
Con todo ello, podemos afirmar que la contratación de una secretaria virtual para un negocio resulta rentable desde el primer día de su incorporación, puesto que sus beneficios son patentes desde el momento que se recibe una llamada y se escucha una amistosa y profesional voz diciendo: [Nombre de la Empresa], ¿en qué puedo ayudarle?