El momento más duro en la vida de una persona es cuando tiene que despedirse para siempre de un ser querido. A pesar de que todos sabemos que tarde o temprano nos llega nuestra hora, nunca deja de afectarnos. El mayor miedo de los humanos a lo largo de su historia sobre la tierra siempre ha sido enfrentarse al hecho de su mortalidad. Conocemos antiquísimos ritos funerarios en los que se honraba a los difuntos no solamente durante su entierro o cremación, sino también a lo largo del año en celebraciones especiales, altamente cargadas de simbolismo. Eso nos da una idea de lo arraigada de esta tradición entre nosotros.
Este luctuoso acontecimiento debe ser tratado por parte de los profesionales del medio con toda la seriedad y respeto que las familias que han sufrido esa pérdida merecen. El servicio que se preste ha de ser lo más correcto posible en todas sus partes y procedimientos.
Lamentablemente, la muerte, además, trabaja todos los días y a todas horas. Con independencia de que sea la última hoja en el otoño de nuestra existencia o cualquier otra estación, cuando alguien se ve obligado a realizar esa luctuosa llamada para comunicarnos la mala nueva, ya resulta bastante desoladora la situación como para que no sea atendida con dignidad. Son momentos que requieren cálido contacto humano y no la mecánica voz de un contestador. Hay que tratar el óbito con la consideración adecuada.
El mundo virtual ofrece la posibilidad de humanizar la atención telefónica funeraria a través de los servicios de secretariado disponibles en la nube. De esta manera, todas las llamadas serán atendidas con profesionalidad, educación y deferencia. El cuidado que se muestre en esta crucial parte mostrará el serio y preocupado compromiso que ofrece nuestro negocio en este tipo de funestas circunstancias.
Los servicios de secretarias virtuales suponen una gran ayuda, además, para otra serie de actividades internas de la empresa, como pueden ser la gestión de actividades ajenas a las exequias – trabajo burocrático del negocio – y una óptima organización de la agenda, para que las funerarias puedan dedicar todos sus esfuerzos a homenajear convenientemente al difunto.
Hay que tener en cuenta que, a diferencia de otro tipo de actividades comerciales, aquí los clientes no quisieran nunca disponer de nuestros servicios. Bastante desgarrador ya es el luto como para molestarlos con retrasos u obligarles a realizar procedimientos que no están en condiciones de atender. Los trabajadores deben estar concentrados en cada paso desde el velatorio hasta la inhumación o cremación. La comunicación con la empresa debe ser lo más profesional posible sin que eso desconcentre de sus labores a los empleados. Nunca existirán palabras que consuelen de la pérdida de una persona, pero sí que un trabajo bien realizado sirve de gran ayuda para no acrecentar el dolor y el sufrimiento.
Pero mucho más triste resulta este momento cuando la persona fallecida no goza del cariño de sus semejantes. Muchos funerales se tienen que realizar por obligación y, por duro que pueda sonar esto, la mayor preocupación de los clientes es la de arreglar el papeleo necesario cuanto antes. La atención telefónica se transforma en fundamental para agilizarlo sin dilaciones para que luego la empresa invierta los recursos humanos que considere adecuados para cumplimentar el trabajo adecuadamente.
En otras ocasiones, sin embargo, otras instituciones estatales o privadas requerirán de nuestros servicios para encargarse de un abanico de eventualidades. Disponer de un adecuado puesto informativo permitirá acometer con garantía y solidez los deseos de sus solicitantes.
Como podemos comprobar, disponer de un servicio de atención telefónica virtual en casas funerarias permite profesionalizar el trato que se ofrece a los parientes del difunto o particulares a la vez que optimiza la puesta en marcha de la actividad al ejercer de filtro que permite adecuar la recepción de las llamadas según el tipo de servicio solicitado. De esta manera, la empresa puede trabajar de una manera más organizada y con mayor flexibilidad gracias a un correcto reparto de funciones.
Nadie sabe enfrentarse a la muerte ni a los procedimientos que derivan de su llegada. Por esa razón, la trascendencia de prestar una impecable y respetuosa atención telefónica es el factor clave para hacer menos amarga la ceremonial tradición del tránsito de la vida hacia donde un dios o el destino la quiera acoger o llevar y que nuestros clientes también puedan descansar finalmente en paz.