Un negocio va pasando por varias fases desde su creación. Si el proyecto se asienta y funciona, es momento de expandirse, de abrir nuevas sedes o tiendas para que los beneficios sean mayores. Obviamente, eso implica más carga de trabajo, por lo que se requiere un incremento de la plantilla para poder afrontar la demanda con garantías. A medida que nuestro negocio se ramifica, necesitamos mantener un control central sobre nuestra actividad, para preservar la esencia y forma de trabajar que tenemos. Si damos independencia a las distintas sucursales, tendremos negocios independientes que no se asociarán a nuestro nombre de marca.Sigue leyendo
